Calli: un refugio y una casa para la comunidad LGBTQ+
En una sociedad donde muchas personas LGBTQ+ aún enfrentan rechazo y vulnerabilidad, Fundación Calli se levanta como un refugio de apoyo, amor y reconstrucción. Conversamos con Ricardo Torres, representante de Fuera del Clóset A.C., quien nos compartió el origen, la misión y las metas de este proyecto que busca ser una casa para quienes más lo necesitan.
¿Cómo nace Fundación Calli y cuál fue la inspiración detrás de su creación?
“Calli nace del trabajo que ya realizábamos en Fuera del Clóset A.C., con la intención de ampliar nuestro alcance social y ofrecer un lugar seguro para quienes han sido desplazados, violentados o discriminados por su orientación o identidad”, comenta Ricardo.
El nombre Calli significa casa en náhuatl, un concepto que resume la esencia de la fundación: ser un hogar en el sentido más humano y emocional.
¿Cuál es la principal misión y objetivo de la fundación?
La misión de Calli es clara: proteger, acompañar y dignificar a las personas en situación de vulnerabilidad, en especial a miembros de la comunidad LGBTQ+, mujeres y juventudes que enfrentan exclusión social.
“Nuestro objetivo es crear condiciones reales para que puedan reconstruir su proyecto de vida, con apoyo integral y respeto”, explica.
¿Qué necesidades sociales busca atender Calli y de qué manera trabaja para hacerlo?
Calli responde a problemáticas como la violencia de género, la falta de oportunidades laborales, la discriminación y el desamparo familiar. Para enfrentarlas, la fundación combina acompañamiento psicológico, jurídico, médico y comunitario.
“Sabemos que cada historia es distinta, por eso tratamos cada caso con empatía y un enfoque humano, no institucional”, dice Ricardo.
¿Qué programas o acciones realizan actualmente para apoyar a las personas y comunidades vulnerables?
Entre sus acciones más destacadas están los talleres de capacitación laboral, los programas de salud integral, el albergue temporal para personas desplazadas y la asesoría legal gratuita.
“Buscamos generar autonomía, no dependencia. Lo que ofrecemos son herramientas para que puedan salir adelante por sí mismos”, puntualiza.
¿Cuál ha sido uno de los mayores retos que han enfrentado en su labor y cómo lo han superado?
“Sin duda, el mayor reto ha sido sostener el proyecto en medio de la falta de recursos y la poca empatía institucional”, confiesa Ricardo.
Aun así, el equipo de Calli ha sabido sobreponerse con creatividad y compromiso: organizan colectas, eventos comunitarios y campañas solidarias que les permiten mantener viva la fundación.
¿Qué papel juega la inclusión y la diversidad dentro del trabajo que realizan?
Para Calli, la inclusión y la diversidad son el corazón de todo su quehacer. “No concebimos un trabajo social que no sea diverso e inclusivo. Aquí todas las identidades y expresiones son bienvenidas; nuestra casa es para todes”, afirma.
¿Hay alguna historia o experiencia que les haya marcado profundamente como equipo o institución?
Ricardo recuerda con emoción a una joven trans que llegó a Calli sin red de apoyo y con miedo a su entorno. Con el tiempo, gracias al acompañamiento del equipo, logró retomar sus estudios y encontrar empleo.
“Esa historia nos recordó que un gesto de empatía puede cambiar una vida entera”, comparte conmovido.
¿Qué los motiva a seguir adelante, incluso ante los desafíos sociales o económicos que enfrentan?
“La motivación nace de ver los resultados, de saber que lo que hacemos transforma vidas. Cuando alguien vuelve a sonreír después de tanto dolor, eso vale más que cualquier obstáculo”, expresa Ricardo.
¿Cómo puede la sociedad civil sumarse o colaborar con Fundación Calli?
Existen múltiples maneras de apoyar: desde donar en especie o económicamente, hasta sumarse como voluntario o difundir la labor de la fundación.
“Cualquier apoyo cuenta. Lo más importante es que la gente sepa que esta casa también puede ser suya si decide involucrarse”, explica.
¿Qué sueñan para el futuro de la fundación y las personas a las que apoyan?
El sueño de Fundación Calli es consolidarse como un modelo nacional de atención inclusiva y humana, replicable en otros estados.
“Queremos que existan más Calli en México. Que nadie vuelva a quedarse sin casa, sin acompañamiento ni esperanza”, concluye Ricardo Torres.
Fundación Calli no es solo una organización, sino un símbolo de resistencia, empatía y comunidad. En un país donde aún se lucha por la equidad y la aceptación, proyectos como este recuerdan que una casa no solo se construye con paredes, sino con amor, respeto y solidaridad.
Si deseas conocer más o colaborar con ellos, puedes encontrarlos en redes sociales como @FueraDelClosetAC.


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